Los historiadores, ni siquiera hoy en día se ponen de acuerdo para establecer cuándo y dónde fue inventada. Algunos aseguran que fueron los moros quienes introdujeron el juego en la Península Ibérica mientras dominaron aquella región; otros, dicen que fueron los cruzados los que regresaron de oriente con este juego; por último, están aquellos que afirman que la baraja es anterior a la era cristiana, apuntando a China, India y Egipto como posibles lugares de invención. Visita los mejores casinos online México.
En cualquier caso, parece que el juego cobró una enorme relevancia en Europa durante los siglos XIV y XV, lapso en el que aparecieron sus variantes españolas, italianas y francesas a pesar de las quejas de la Iglesia. Así y todo, este texto tiene como objetivo explicar de manera general uno de los juegos de naipes más comunes y más aceptados en todo el mundo: el póquer, cuyo origen, representa una interesante manera de concebir los juegos de azar.
En realidad, el póquer, es de origen estadounidense, teniendo una antigüedad de casi dos siglos, pues se cree que su invención data del siglo XIX. Aunque, el juego posee diferentes variantes, entre las que se encuentran: cerrado, abierto, de cartas compartidas, Texas hold´em, 224, surtido, etc., el objetivo del juego es formar combinaciones a partir de cinco cartas, las cuales pueden ser, de menor a mayor en orden de prioridad: un par, o sea, dos cartas con el mismo valor; una escala, corrida o secuencia, la cual puede ser formada por cinco cartas con un orden numérico progresivo. También se pueden hacer combinaciones en las que las cartas son del mismo palo, un full o full house, que consiste en juntar tres cartas de un mismo valor, más un par. Finalmente, se puede formar una flor o corrida, que se obtiene cuando las cinco cartas son del mismo palo y siguen un orden numérico progresivo.
En el póquer, cada jugador actúa de manera independiente. Cuando es un juego entre amigos, se conviene que uno de ellos se haga cargo de la caja, la cual está constituida con las sumas aportadas por los jugadores. A cambio del dinero, se reciben lotes de fichas cuyos colores simbolizan un determinado valor. Cabe añadir que, convencionalmente, las cartas son repartidas en dirección hacia la izquierda. En caso de que, a lo largo de la partida, alguien se quede sin fichas, puede retirarse. Pero, si desea continuar, puede comprar un nuevo lote. Al final de la partida, la cual puede ser medida en rondas o en tiempo, los jugadores pueden canjear sus fichas por dinero.
Por último, conviene mencionar que el ganador es aquel que exhibe la combinación más alta, o bien, quien es capaz de fingir que la tiene con tal de lograr que los demás jugadores se retiren sin igualar su apuesta. Lo anterior se conoce como un bluff, una acción que resulta sumamente interesante, al tiempo que brinda emoción al juego.